La fibra oscura como palanca de creación de Smart Cities

Nuestro futuro como sociedad está ligado a la evolución y la aplicación de la tecnología. Esto último, además, está estrechamente vinculado a la conectividad. Nuestro consumo, economía, comunicación e interacción social será eminentemente digital y súper conectada. En gran medida ya lo es, aunque los avances actuales en desarrollos tecnológicos como la fibra óptica y el 5G harán que esta realidad sea aún más palpable a corto plazo.

 

A pesar de ello, la tecnología per se no es suficiente. Para que exista un auténtico aprovechamiento de estas y otras herramientas se requiere un auténtico cambio de mentalidad en la forma de entender, planificar, desarrollar y gestionar las ciudades como entidad: debemos avanzar hacia un concepto integrador de ciudades inteligentes o smart cities. Como veremos, disponer de una red sólida y fiable de fibra oscura a la que extraer todas las posibilidades puede facilitar y acelerar este proceso que, no obstante, implica varios retos de muchos tipos.

 

Smart city: preparando la habitabilidad del futuro

Según el informe Ciudades 5G: un futuro inteligente, elaborado por el Observatorio Nacional 5G (ON5G), para el año 2050 el 70% de la población mundial vivirá en entornos urbanos. Esto implica un aumento más que considerable en un período relativamente corto de tiempo, ya que actualmente ese porcentaje se ubica en el 55%. Según el mismo informe, las ciudades serán el motor económico del planeta, ya que de ellas dependerá el 80% del PIB mundial. También serán las responsables del grueso del consumo energético y de la contaminación global, absorberán el 65% de la demanda energética y emitirán el 70% de los gases de efecto invernadero de todo el mundo.

 

Por tanto, para los administradores públicos y para los responsables de los desarrollos tecnológicos, de comunicaciones e infraestructuras – entre otras áreas – debe ser una prioridad diseñar núcleos de población urbana que sean eficientes, limpios, sostenibles y tecnológicamente inteligentes. La habitabilidad de las ciudades y el sostenimiento a largo plazo de las mismas depende de ello.

 

Algunos de los retos de las ciudades inteligentes

Lograr que el concepto de smart city sea una realidad y no una aspiración de futuro depende en gran medida de encontrar solución a algunos obstáculos en áreas «sensibles» de la planificación urbana y la visión de los territorios, el día de mañana.

 

  • Movilidad: análisis del tráfico en tiempo real, gestión inteligente de aparcamientos, implementación de la conducción autónoma, aplicación de inteligencia artificial para la convivencia de peatones y vehículos, habilitación del espacio aéreo para la circulación de drones, etc.
  • Infraestructuras públicas: sistemas de saneamiento inteligentes, gestión de la energía eficiente, medición en tiempo real de las necesidades energéticas y su consumo, alumbrado público y red de distribución y potabilización de agua asistida por inteligencia artificial, etc.
  • Seguridad: detección temprana de incidentes, amenazas y situaciones de emergencia
  • Servicios públicos: como la educación, la salud, el ocio y el bienestar. Deberán ser inclusivos y auténticamente al servicio de la ciudadanía.

El papel de la fibra oscura en las soluciones a estos retos

Como puede comprobarse en esta lista, la conectividad, el flujo de información y de grandes volúmenes de datos, así como el siguiente paso en la concepción de «la red» – es decir el desarrollo del Internet of Things (IoT) o ‘Internet de las cosas’ – será crucial para hacer frente a los distintos problemas que plantean las ciudades inteligentes. El ancho de banda no será una cuestión meramente comercial, sino un asunto «de Estado» ligado a la gobernanza y el bienestar de los ciudadanos.

 

Por eso los operadores neutros pueden comandar el cambio hacia el futuro. Un ancho de banda suficiente ante esta demanda del mañana, además de una estructura sólida, segura y que llega a todos los rincones es justo lo que ofrece la fibra oscura – fibra óptica disponible, pero aún sin «iluminar» –. Si en las ciudades inteligentes están nuestras casas y nuestras vidas en el futuro, la fibra oscura es el cimiento sobre el que estas pueden edificarse. Dado que las ciudades serán tecnológicas o no serán, es conveniente considerar a la fibra oscura y a los operadores neutros como lyntia como actores clave en un proceso del que depende nuestra supervivencia a largo plazo.



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