La conectividad en tiempo real en el sector sanitario y farmacéutico

Resulta a veces complejo entender, para personas y organizaciones fuera del ámbito tecnológico, el impacto y la importancia que la integración de la tecnología y la conectividad tiene en las sociedades actuales. Además de desarrollar sus propias líneas de negocio, investigar y progresar, es responsabilidad de las partes implicadas hacer cierta labor de divulgación a este respecto. Porque la digitalización y las tecnologías — lo más cercano a la «magia» que existe actualmente, según Elon Musk — ya está cambiando para siempre nuestras vidas, y no necesariamente dentro de los límites del ámbito tecnológico.

 

 

Conectividad médica para diagnosticar más rápido y mejor

Aunque la tecnología ha estado vinculada a la práctica de la medicina desde el nacimiento de la disciplina, ha sido en estos últimos cien años cuando han «explotado» la velocidad, importancia y alcance de los avances tecnológicos. Gracias a la digitalización, esto ha sido especialmente acusado en los últimos treinta o cuarenta años.

 

Actualmente, además de continuar mejorando en las técnicas, los dispositivos y las herramientas para un diagnóstico precoz de patologías, se está tratando de integrar el 5G en las redes asistenciales. Gracias a esto está más cerca el objetivo de incrementar la capacidad de los centros hospitalarios de disponer de información vital — literalmente — cuando es más necesaria.

 

Gracias a la interconexión y la interoperatividad de datos pronto será posible que centros hospitalarios muy alejados entre sí puedan compartir historiales clínicos completos, resultados de pruebas diagnósticas, imágenes en alta resolución e información clínica crucial instantáneamente. Sin importar la complejidad de estos datos o su volumen.

 

Además, la integración tecnológica y la digitalización en otros eslabones de la cadena asistencial puede reducir, no sólo la presión hospitalaria, sino también salvar más vidas. Un ejemplo lo podemos encontrar en las ambulancias conectadas: gracias a la conectividad con los hospitales de estos vehículos, pueden enviarse signos vitales en tiempo real e imágenes 360º sin latencia a los servicios de emergencia. Esto transformaría drásticamente el proceso de triaje de los enfermos y facilitaría enormemente el trabajo de los profesionales, que ya habrán empezado el tratamiento antes de su llegada física a los hospitales.

 

 

Perfiles completos y precisos de los pacientes

Por supuesto, los beneficios de la conectividad van más allá del simple diagnóstico. Los enormes avances en robótica e inteligencia artificial permiten que ya sea posible realizar una intervención quirúrgica de enorme complejidad — en el campo neurológico o cardíaco — de manera remota gracias al 5G. Y también que los procesos formativos sean mucho más inmersivos y completos, con importantes aplicaciones médicas en la realidad aumentada.

 

Pero quizás, la aplicación de la que podemos extraer más beneficios a corto plazo gracias a la digitalización sea la comprensión completa de los diferentes casos clínicos gracias al big data. Toda historia clínica está compuesta por una cantidad ingente de información muy heterogénea sobre enfermedades, tratamientos, medicación, evolución clínica, intolerancias químicas, etc. La conectividad permitirá pronto que centros de atención primaria — hasta los más modestos —, grandes hospitales, farmacias y diferentes especialistas dispongan de manera simultánea de perfiles de paciente mucho más completos y comprensivos.

 

Esta implantación definitiva de la telemedicina, a su vez, permitirá que sea mucho más fácil y rápido cruzar indicaciones específicas adaptadas a un paciente, consultar y responder dudas médicas, solicitar segundas opiniones y, en definitiva, aunar esfuerzos interdisciplinares para lograr una mejor y más completa atención sanitaria. La digitalización, por tanto, hace tiempo que ha dejado de ser «cosa de geeks», para transformar para bien nuestras vidas.

 

Este proceso de integración no estará exento de retos, no obstante. Por un lado, porque toda traslación tecnológica requiere de sus tiempos y de unas curvas de aprendizaje y aplicación determinadas. Por otro lado, porque cada administración sanitaria, campo de especialidad o profesional aplicará la revolución de conectividad según sus necesidades, no existe un «molde» aplicable en general. Y, por supuesto, porque el tráfico de información estará sujeto a los problemas intrínsecos del campo: la privacidad y seguridad de los datos. Máxime cuando se trata de información especialmente sensible, como lo es la médica.



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