La instalación, desarrollo y utilización de la tecnología 5G como nuevo estándar de conectividad debe ser clave para la transición digital a corto plazo, tanto en España como en Europa. En ese sentido, no cabe una posición pasiva o de espera a la evolución del mercado. Son necesarias acciones inmediatas.

Es crucial tener en cuenta los plazos — relativamente cortos — necesarios para que el 5G se adapte a las nuevas necesidades, tanto de usuarios como de actores clave del mercado de las telecomunicaciones. La demanda de conectividad y el uso de esta tecnología no pueden permanecer en stand by, hasta que culmine el desarrollo paulatino de las infraestructuras que la soportan.

Por ello, toda intervención de tecnología complementaria puede facilitar mucho el camino. No sólo para alcanzar una cobertura global, sino para facilitar la conectividad en movimiento y servir de apoyo en la explotación del espacio radioeléctrico, entre otras áreas clave. Aquellos operadores que ofrezcan y garanticen servicios de VSAT solventes, como lyntia, pueden ser de mucha ayuda para facilitar el despliegue del 5G.

Internet por satélite como aliado de la tecnología 5G

Recientemente, la Asociación de Operadores de Satélite (ESOA) ha publicado un libro blanco, en el que se analiza el papel que puede jugar el sistema satelital en el desarrollo del 5G. En él se establecen — entre otros aspectos — tres características clave que el apoyo de Internet por satélite proporciona a la tecnología 5G:

• Ubicuidad: Proporcionan altas velocidades y capacidades de transmisión, sin importar  lo remoto de la emisión y la recepción.
• Movilidad y resiliencia: Garantizando conectividad en cualquier punto del globo, bien sea sobre terreno firme o en movilidad – tanto por tierra como por mar o por aire –, sin importar si la infraestructura es terrestre, satelital o una combinación de ambas.
• Multidifusión: Gracias a la intervención de Internet por satélite puede transmitirse contenido multimedia mucho más completo y complejo, poniéndolo a disposición a través de redes centralizadas y con posibilidad de almacenamiento en caché para la distribución local.

Por otro lado, el sistema satelital puede fomentar el despliegue del 5G en aquellas zonas en las que su adopción resulte más compleja o donde se perciban «vacíos» de cobertura, sobre todo debido al potencial coste de las infraestructuras terrestres. Al mismo tiempo garantiza la continuidad del servicio punto a punto, así como la disponibilidad del servicio en ecosistemas Internet of Things (IoT).

Sobre todo, la intervención de Internet satelital habilita la escalabilidad de la tecnología 5G, proporcionando recursos fiables, estables y eficientes. Tanto para alcanzar los extremos de la red como para reforzar la transmisión de datos y la alta capacidad en los terminales de los usuarios. Según la información proporcionada por ESOA, las condiciones óptimas para garantizar una integración exitosa de la infraestructura satelital con el 5G requieren 

• Operabilidad bidireccional: Lo que permite el acceso de terceros, como operadoras y gestoras de servicios, a la gestión de los recursos del satélite.
• Integración: O inclusión del sistema de comunicación por satélite en la red central 5G para garantizar la seguridad y estabilidad de las transmisiones de extremo a extremo.
• Acceso: O posibilidad de que distintos proveedores puedan acceder al servicio con independencia de su campo de acción, ya sea éste el de los terminales, las torres de radio o los servicios de comunicaciones por satélite para ecosistemas 5G, por ejemplo.
• Estándar tecnológico compartido: Que favorece una economía de escala, la reducción de costes y un mayor y más variado catálogo de productos y servicios.

Resulta evidente que la acción estratégica de operadores con servicios de Internet por satélite podrá contribuir enormemente a que la tecnología 5G culmine su desarrollo cumpliendo, no sólo los planes de acción nacionales de transición tecnológica, sino también las directivas y estrategias a nivel europeo para su implantación.