Llega el fin de las centrales de cobre en Europa

Los avances de la tecnología son constantes, como una lluvia fina. Por eso los grandes cambios en nuestra sociedad y nuestra vida, asociados con ellos, no suelen ser percibidos como importantes hitos, sino más bien como una progresión de pequeñas victorias.

 

No obstante, la adopción generalizada de la fibra óptica ha llegado a tal nivel de penetración que a lo largo de este año afrontaremos un importante carpetazo, al menos desde el punto de vista simbólico: el cierre de la última central telefónica de cable de cobre de España y la desaparición del ADSL como estándar de conexión para Internet.

 

Adiós a la tecnología que conectó a un país

Desde que Telefónica —principal proveedora de servicios de telefonía y conectividad del país— iniciara el proceso de desmantelamiento de sus centrales de cobre en 2016 hasta este año, en el que cerrará la última operativa en San Sebastián, habrán dejado de funcionar la totalidad de centrales que utilizan el cable de cobre como medio de conexión, unas 8 526.

 

Con la culminación de este proceso se actualizan los estándares de conectividad en favor de la fibra óptica, pero también se despide una tecnología que modernizó al país e hizo posible las comunicaciones, primero telefónicas y luego de Internet con el ADSL a lo largo y ancho de su geografía.

 

Como recuerda Eduardo Córdoba, un trabajador de la central vasca de San Marcial —la última que cerrará en 2024—, las líneas de cobre, que en un inicio debían conectarse de forma manual gracias a la figura de las telefonistas, tenían enormes limitaciones, sobre todo en momentos de mucha demanda: «La noche vieja era terrible. Cuando terminaban las campanadas todo el mundo descolgaba el teléfono, habían 48 líneas disponibles para 500 abonados, era como una explosión».

 

¿Qué sucederá con la predecesora de la fibra óptica que aún funciona?

No se trata de una cifra estadísticamente significativa, pero aún hay 1,85 millones de viviendas cuya conexión a Internet depende de la línea de cobre y el ADSL que parte de las centrales aún abiertas. Aunque la principal operadora del país promete un 100 % de cobertura de fibra óptica para 2025, aproximadamente un 10 % de los usuarios, que aún utilizan ADSL, tendrán que emular la red móvil en la infraestructura fija hasta que sea operativa su conexión de fibra.

 

Tres años de retraso

La citada central de San Sebastián – San Marcial, la última con cierre agendado para este año, afronta su final con tres años de retraso respecto de los planes iniciales de Movistar, que preveía el desmantelamiento en 2021. El motivo del retraso es que esta instalación da cobertura a la zona centro de la ciudad, en la que también se encuentra el casco histórico. La legislación local impide los tendidos aéreos en zona histórica, así que se han tenido que coordinar los esfuerzos del Ayuntamiento de la ciudad y los de la operadora.

 

El primero se encarga de las canalizaciones para la fibra óptica y la segunda de la adaptación de los portales de la zona y la provisión del equipamiento necesario para que sea viable el paso de una tecnología a la otra. En teoría, para el momento del cierre definitivo de San Marcial, el 24 de mayo de este año, los trabajos ya habrán finalizado y será posible la conexión a Internet a través de la fibra. En caso contrario habrá que hacer uso de las redes emuladas hasta que se produzca la transición efectiva.



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