¿La Inteligencia Artificial impulsará al 6G o viceversa?

Como es evidente para cualquier observador, la tecnología y la innovación no esperan a nadie. De hecho, sus avances suelen presentarse mucho más rápido de lo que la sociedad es capaz de entender y asimilar con normalidad. Muchos usuarios con los conocimientos tecnológicos básicos día aún se preguntan qué es la inteligencia artificial y cómo funciona; o mejor dicho, qué hace que la inteligencia artificial se comporte como lo hace.

 

Y no solo ocurre con la IA. Cuando aún estamos comprendiendo el abanico completo de aplicaciones y usos del 5G, el mercado tecnológico ya tiene la vista puesta en el peldaño siguiente en la escalera: el 6G. Y eso que estamos aún viviendo la última fase de despliegue «real» de la tecnología móvil inalámbrica que aspira a estandarizarse, como es el 5G. Estos dos desarrollos tecnológicos son un buen ejemplo de los vectores de innovación más potentes, de cara al futuro. ¿Cuál de las dos tiene más fuerza?, ¿Quién se «alimenta» de quién?

 

¿Implicará el 6G un salto cualitativo real?

 

Todos los expertos aseguran que así es. Sobre todo en lo relativo a la capacidad de transmisión de un altísimo volumen de datos —hasta 1 Tb. por segundo— y a la baja latencia o velocidad a la que esos volúmenes se transmiten. El objetivo de la conectividad total con transmisión de información en tiempo real estaría con el 6G, por tanto, mucho más cerca. Se están llevando a cabo investigaciones en torno al 6G desde al año 2019 y es probable que en los próximos cinco años seamos testigos de los primeros test funcionales al 100 % de capacidad. ¿Cómo afectará esto a la interacción con la inteligencia artificial?

 

Inteligencia artificial en la era del 6G: domótica y más

 

En un contexto de más conectividad, con más capacidad y una velocidad mayor, la IA puede desempeñar un papel transformador importante. En principio, por su potencial habilidad para resolver tareas complejas en el terreno de la lógica: robotización de tareas industriales, gestión y conducción de vehículos inteligentes o en procesos diagnósticos en medicina, por ejemplo.

 

Por otro lado, la inteligencia artificial podrá «dirigir» el comportamiento de diferentes dispositivos, más allá de los estrictamente tecnológicos. Un hogar plenamente domotizado, que pueda gestionar tareas sencillas de la vida diaria, será más accesible en un entorno de conectividad plena, gracias al 6G. Una vivienda dotada de IA podrá regular la temperatura de la calefacción o el aire acondicionado en función de las condiciones ambientales, sin intervención del ser humano; del mismo modo que persianas, bombillas, accesos, alimentación de mascotas e incluso riego de jardines y plantas.

 

¿IA o 6G? Difícil hacer una predicción ajustada sobre el liderazgo

 

Todo parece indicar que, tanto el 6G como la inteligencia artificial van a convivir en el mismo espacio de tiempo. Como ha sucedido históricamente con otros avances tecnológicos, es más que probable que se complementen entre sí, haciendo de vasos comunicantes. A pesar de ello, se trata de tecnologías diferentes, con retos e hitos propios. Por eso resulta difícil afirmar categóricamente si una va a ejercer sobre la otra un papel dominante.

 

La IA ya está experimentando un crecimiento muy rápido, por sus propias características; pero los obstáculos para dar saltos importantes hacia adelante son mayores, porque son más complejos. En ese sentido, quizás el 6G tiene un poco de terreno ganado: no deja de ser una evolución de una tecnología ya en funcionamiento, como es el 5G. Pero no es menos cierto que la implantación globalizada requiere unos plazos de tiempo mayores, por generalización de infraestructuras, disponibilidad de dispositivos y procesos de estandarización tecnológica. Quizás en ese lapso de tiempo la inteligencia artificial pueda tomar la delantera.



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