Todos los expertos en demografía, sociología, economistas y tecnólogos coinciden: la conectividad puede ser un factor determinante para frenar la sangría de población en las zonas rurales españolas. No sólo a la hora de favorecer el desarrollo económico y la puesta en marcha de empresas, con base tecnológica o sin ella.

Disponer de una buena conexión en núcleos de población alejados de las principales ciudades también puede representar un incentivo a la hora de formar una familia, desarrollar un trabajo en remoto o atraer talento joven de las urbes, si busca un modo de vida con menos presión, estrés y costes más reducidos. De ahí que el despliegue del 5G, la conectividad por satélite y otros modelos resulte crucial. ¿Es una mala conexión tan importante? ¿Quién se ve afectado por las carencias en este área?

La mala conexión lastra a la agricultura y la ganadería

La industria 4.0 depende directamente de la conectividad, la automatización y el desarrollo pleno de IoT —Internet de las cosas—. Sucede exactamente lo mismo con los modelos de negocio agrícolas y ganaderos, que quieren apostar por la digitalización como una vía para optimizar su funcionamiento y mejorar la gestión de las explotaciones.

Y existen proyectos muy interesantes en marcha actualmente que dan pistas sobre la inevitabilidad de tomar este camino, si se quiere dar un paso adelante: Aplicación de Big Data y gestión energética remota de plantaciones, monitorización de cultivos con inteligencia artificial, geolocalización y seguimiento de rebaños en tiempo real, fumigación sin pesticidas usando láser de alta potencia en combinación con IA, etc. Hasta el uso de tractores autónomos en la recolección está en el horizonte.

Los ejemplos son incontables, pero tanto estos proyectos como quienes quieran seguir su ejemplo necesitan de conectividad estable, latencias bajas y ancho de banda suficiente para la transmisión de datos en amplias zonas geográficas, no en puntos concretos donde no siempre hay robustez en la conexión.

Vertebrar comunidades y pueblos a través de colegios con 5G

Disminuir la brecha demográfica del rural implica parejas y familias jóvenes en sus pueblos. Y niños en sus colegios. Pero los centros educativos de muchas zonas de la ‘España Vaciada’ apenas cuentan con recursos y alumnado para mantener sus puertas abiertas.

Mejorar la capacidad de conexión en los centros educativos a través de tecnología 5G trasciende el lugar común de dotarles de «un Internet más rápido». Gracias a la conectividad apropiada los centros podrían utilizar dispositivos móviles con los que diseñar dinámicas de enseñanza más atractivas y actualizadas; les permitiría ampliar el caudal de información y recursos para que los alumnos y alumnas saquen más partido de las clases. Y, lo que es más importante, permitiría a los responsables de los centros diseñar dinámicas de colaboración con otras instituciones educativas y colegios, compartir materiales e incluso darle una oportunidad a las clases asistidas por profesores no presentes físicamente, pero sí en videoconferencia e incluso en holograma.

Recursos y compromiso político en favor de la conectividad y la cohesión demográfica

Además de los sectores citados podrían desgranarse similares argumentos en otros cruciales para el desarrollo económico, como el turismo, y esenciales para la fijación de población, como la sanidad. En todos ellos la conectividad juega un papel determinante. Consciente de esta importancia, el Gobierno ha lanzado recientemente ayudas recogidas en el Plan UNICO Demanda Rural para favorecer la financiación de banda ancha de más de 100 Mbps a los usuarios finales con bonos de 35€ al mes.

Pero aún más, ha destinado prácticamente el 10% del presupuesto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Económica —en torno a los 10.000 millones de euros— aun paquete de ciento treinta medidas en torno a diez ejes estratégicos y que busca, principalmente, «garantizar la igualdad de derechos en cuestiones como la prestación de servicios, la igualdad de género o la eliminación de brechas sociales y generar oportunidades de emprendimiento e impulso de la actividad económica en los territorios con mayores dificultades para competir en mercados globalizados», según manifestaron sus responsables.