El concepto de smart city o ciudad inteligente lleva años ocupando la mente de los gestores públicos y las autoridades. En un futuro cercano la manera en la que ocuparemos y usaremos los espacios se verá enormemente modificada, respecto de nuestras ideas y paradigmas actuales. La tecnología, en interacción directa con edificios, infraestructuras, transportes y centros de gestión hará posibles urbes interconectadas.

Esto a su vez permitirá que nuestros espacios públicos sean energéticamente sostenibles y más eficientes. ¿Cómo? Gracias al flujo permanente de big data para gestionar aspectos clave como el tráfico, la criminalidad o el consumo de recursos en tiempo real, por ejemplo. La red 5G jugará un papel importante para dotar a las administraciones de las herramientas necesarias con las que afrontar estos y otros retos relacionados con el modelo de ciudad del mañana.

El 5G como aliado para afrontar un escenario de recursos limitados

Al público general le atraen innovaciones muy «llamativas» vinculadas al concepto de smart city: la conducción autónoma, las carreteras inteligentes, la implementación de inteligencia artificial en las viviendas o el uso del 5G para disfrutar de un ocio audiovisual de más calidad. Sin embargo, los gestores públicos saben que la auténtica piedra de toque del futuro está en la sostenibilidad ambiental y en los recursos vitales, por lo que enfocan el uso de la tecnología en esa dirección.

Tener un control estrecho del consumo energético en todo momento, gestionar de manera eficiente el agua como recurso estratégico — que ya cotiza como un bien escaso —, sacar el máximo aprovechamiento de las energías renovables, disminuir el impacto de nuestra huella ecológica en un contexto de calentamiento global… Estas  son las auténticas prioridades.

Las proyecciones realizadas por Naciones Unidas en su World Population Prospects son ilustrativas: en 2025 seremos mil millones de personas más en el planeta. En 2050 la población alcanzará los 9.600 millones. Muchas de las materias primas y los recursos que deben acompañar a ese desarrollo son limitadas, por lo que hay que planificar pensando en el largo recorrido.

Una red 5G para alcanzar una gestión energética eficiente

Las smart cities deben pensar en términos de habitabilidad, gestión del espacio y máximo aprovechamiento tecnológico. En aras de la comodidad y la productividad, por supuesto, pero también pensando en la cobertura de las necesidades básicas y el máximo aprovechamiento de los recursos sin destruir el planeta en el proceso.

Gracias a la tecnología 5G los edificios, dotados de inteligencia artificial, conectados entre sí y construidos con materiales smart podrán calentarse y refrigerarse solos, comunicar su estado a los responsables de la gestión energética de la ciudad y optimizar las condiciones de vida en su interior. Del mismo modo será posible ajustar la demanda de electricidad y alumbrado público, gas y agua en momentos «pico», optimizando el consumo prácticamente barrio a barrio en tiempo real.

También la generación de residuos, el reciclaje de basura y la gestión del ciclo completo de nuestros desperdicios debe ocupar las estrategias públicas de habitabilidad en las smart cities. La selección inteligente de los residuos para su reciclaje desde el origen, la automatización y optimización del proceso de recogida o la implementación de la tecnología en los centros de procesado de basura también serán algunas de las mejoras que permitirá el 5G en la gestión energética de nuestras ciudades.

Como operadores neutros, lyntia es consciente de la importancia que una buena red 5G tiene en este escenario. Y por eso ponemos a disposición de las empresas privadas y del sector público la mejor infraestructura tecnológica posible para alcanzar los niveles de excelencia en términos de conectividad, ancho de banda, baja latencia y seguridad que las ciudades inteligentes demandarán a corto, medio y largo plazo.