Diferencias entre el 5G NSA y el 5G SA: cuestión de velocidad

La implantación del 5G a medio y largo plazo implicará un nuevo estándar de conectividad, tanto para hogares como para empresas. Esta innovación tecnológica proporciona una mayor zona de cobertura en comunicaciones móviles. También una transferencia de datos mucho más eficiente y una velocidad de respuesta considerablemente menor en situaciones críticas – debido a su baja latencia de menos de un mili segundo en condiciones ideales –.

La conectividad 5G supondrá un fuerte impacto en el sector de las telecomunicaciones en un futuro inmediato. En el año 2018, la consultora Gartner elaboró una encuesta que vaticinaba que en 2020 el 66% de las corporaciones tendría planes para desplegar la tecnología 5G en sus respectivos entornos. La situación global condicionada por la pandemia – donde la conectividad y el desarrollo remoto de actividades comerciales han experimentado un considerable aumento – puede provocar cambios en este tipo de predicciones.

Lo que sí es seguro es que el mercado del 5G, las conexiones M2M y la IoT (Internet of Things) pueden mover una cantidad de dinero cercana a los 66.000 millones de dólares en 2026, según ABI Research. De momento, la fase de desarrollo de la conectividad 5G responde a una tipología de conexión distinta al 5G «real» o, más concretamente, al 5G SA.

 

La tecnología 5G NSA. Un paso previo a la eclosión definitiva

Actualmente, las posibilidades del 5G están «lastradas» por una infraestructura aún sin desarrollar plenamente. Las conexiones entre los dispositivos móviles y las antenas de transmisión se realizan utilizando protocolos propios del 5G. No obstante, la transmisión de los datos entre las antenas y el resto de elementos de la red se realiza con protocolos propios del 4G. A esto se le denomina 5G NSA (o Non Standalone)

Esta modalidad híbrida se mantendrá sólo hasta que la implantación del 5G sea mayoritaria. Mientras tanto proporcionará tan solo una fracción del auténtico potencial de la conectividad 5G a las operadoras y al usuario final. Nada desdeñable, sin duda, pero no correspondiente a un rendimiento pleno.

Además, favorece una inversión menor y un aprovechamiento de los recursos ya existentes. No hay que olvidar, sin embargo, que establecer el límite de uso en el 5G NSA equivale a una infrautilización de esta tecnología a largo plazo, pues podría reportar diez o veinte veces más beneficios. En términos de rendimiento y también en términos de retorno de la inversión. La confluencia de los agentes interesados en el mercado y operadores neutros como lyntia son la clave para facilitar el salto de las redes 5G NSA a las 5G SA, donde esta conectividad muestra todo su potencial.

 

5G SA. Una latencia testimonial y una velocidad ostensiblemente mayor

 

Estos son los principales – aunque no únicos – atractivos del 5G SA (o Standalone). La práctica desaparición de la latencia o ping a 1 mili segundo dispara la velocidad de transmisión, multiplicándola por diez o más en algunos casos. En comparación con los 15 mili segundos de media proporcionados por la red 5G NSA supone una mejora cuantitativa y cualitativa nada despreciable.

 

La disponibilidad o no de antenas con tecnología 5G, la llegada a todas las zonas geográficas sin importar su complejidad orográfica y la elevada inversión necesaria para adoptar esta conectividad «desde cero» pueden desincentivar un paso adelante que se muestra como totalmente necesario. Contar con operadores neutros como lyntia puede eliminar todas las reticencias y garantiza que gran parte del trabajo «pesado» está desarrollado y costeado por una tercera parte que, además, puede acompañar, asesorar y respaldar técnicamente a la operadora interesada en un máximo aprovechamiento de la conectividad 5G del futuro.



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