La implantación y el desarrollo de Internet en los años noventa y los primeros años del siglo XXI supusieron uno de los grandes pasos adelante en la revolución tecnológica. Con el cambio de siglo estamos a las puertas del siguiente avance significativo en cuanto a tecnología y conectividad: el metaverso.

Las grandes empresas del sector, como facebook o Google, ya se están posicionando para liderar este proceso de cambio. Y otros gigantes corporativos de diferentes sectores — no sólo los estrictamente tecnológicos — están haciendo lo propio, ya que el metaverso cambiará de manera importante el comportamiento de los mercados, las empresas que los componen y los usuarios que acudirán a ellos, bien con un rol de comprador, bien como sujetos pasivos de productos y servicios.

No en vano se trata de una ventana de oportunidad que conforma una porción de mercado que podrá alcanzar los 800.000 millones de dólares, según expresaron los analistas de Bloomberg Intelligence, Nathan Naidu y Matthew Kanterman en un reciente informe. La tasa de crecimiento la sitúa la consultora en el 13,1% anual, lo que supondría más de 783.000 millones de dólares para 2024, partiendo de la cifra de 478.000 millones de 2020.

¿Qué es el metaverso?

Se trata de un universo enteramente digital, de existencia paralela al mundo físico o bien con interacción directa con él a través de la realidad aumentada y el Internet de las Cosas. Estos mundos virtuales — ya que todo indica que coexistirán más de uno en un futuro, con posibilidad de que lo usuarios migren de uno a otro con total naturalidad — serán posibles gracias a tecnologías como el blockchain, la normalización de la creación y el intercambio comercial de tokens no fungibles o NFT y el uso de dispositivos de realidad virtual, así como de terminales y periféricos que proporcionarían una experiencia sensorial cercana a la realidad en ese metaverso.

¿Qué características tendrá ese metaverso, en comparación con el marco de conectividad que ya conocemos con el Internet «tradicional»? Entre otros:

• El interfaz será el propio usuario, con todo su cuerpo.
• Eso proporcionará una experiencia más inmersiva y personal a la hora de interactuar en el metaverso.
• Cada usuario podrá tener una «personalidad» única, a través de un avatar.
• Los avatares tendrán capacidad para desarrollar dinámicas de grupo y crear sus propias redes sociales, dependientes o no unas de otras.
• El metaverso seguirá en funcionamiento, aunque uno — o todos — los integrantes del mismo no estén conectados en un momento determinado.
• Podrán implementarse productos y servicios en diversos formatos, perfectamente implementables y, además, podrán adquirir apariencia corpórea y/o tridimensional.
• Será posible la interacción de voz con una gran calidad, además de la transmisión casi instantánea de grandes cantidades de datos.

Lo que el metaverso puede hacer en el mundo corporativo

Aunque las aplicaciones para el mundo del ocio y el entretenimiento de estos metaversos son evidentes — con la industria de los juegos electrónicos a la cabeza —, también otros muchos sectores productivos se verán beneficiados por su desarrollo a corto y medio plazo.

Se abre un mundo totalmente nuevo en la cadena de valor, ya que el potencial comprador podrá probar de manera virtual un producto o servicio antes de adquirirlo en el mundo real. Si se trata de bienes netamente digitales, también se aplicarán las mismas «reglas» en el ámbito de la experiencia de usuario y el testeo de productos. Y la existencia del metaverso abrirá, además, un nuevo campo de posibilidades a empresas minoristas deslocalizadas que podrán alcanzar a públicos objetivos en cualquier parte del mundo.

En aquellos sectores de actividad donde la telepresencia o la acción a distancia con realidad virtual puede resultar definitoria — como puede ser el caso de la tele medicina, por ejemplo — el metaverso y los dispositivos con conectividad 5G también podrán suponer un importante cambio de paradigma. Aunque los robots y las IA reducirán la presencia humana de forma significativa, el teletrabajo podrá adquirir con el metaverso una nueva dimensión.