La tecnología siempre ha sido un importante apoyo en sectores económicos esenciales. Y, además, en momentos clave del proceso de producción y distribución. Este aliado continúa presente y lo seguirá estando en el futuro con el añadido, además, de poder aprovecharse de las innumerables ventajas que reportan los desarrollos tecnológicos asociados a la innovación. La tecnología blockchain ya se está aplicando en la optimización de procesos en la cadena de suministro, reportando importantes mejoras y ventajas.

Cómo se puede aplicar la tecnología blockchain en la logística

En cualquier proceso logístico intervienen diversos actores. Por ello, la centralización no siempre es el enfoque más apropiado ya que, si existen carencias o fallos en un punto clave, toda la cadena «sufre» las consecuencias. Por ello el blockchain puede reportar grandes beneficios: se trata de una tecnología en la que la descentralización, la confiabilidad y el encriptado de información resultan claves.

En una red de blockchain cada intercambio de información o transacción de datos está codificada en «bloques» o eslabones. Cada uno de estos bloques debe ser verificado y validado por varios agentes de esa red —que no está centralizada y es horizontal— de manera simultánea. Una vez que un bloque es verificado pasa a formar parte permanente de una cadena de bloques que no puede ser cambiada ni eliminada. Esto proporciona una enorme solidez en términos de seguridad, trazabilidad y confianza en la integridad de la información.

Si se aplica el blockchain en logística es perfectamente posible registrar y autentificar los códigos de barras de los productos, además de hacer un seguimiento exhaustivo de cada paso del proceso en la cadena de suministro. Sin importar cuántos componentes tenga esa red distribuida de «nodos» o intervinientes en la cadena blockchain, cualquier intento de modificación de la información, cualquier alteración no convenida previamente es detectada inmediatamente por todos los participantes del proceso.

Ventajas del uso de blockchain en el sector logístico

En ocasiones los procesos desarrollados en la cadena de suministro son complejos, ya que no interviene un único agente, no siempre son todos confiables y la seguridad de la información resulta esencial para alcanzar los objetivos de manera eficiente. Por eso el blockchain puede eliminar —o reducir de manera casi definitiva, al menos— estas «asperezas». Con la tecnología blockchain aplicada a la logística:

• Mejora la coordinación de documentación necesaria para la validación e identificación de la carga.
• Elimina el papel en la gestión documental.
• Facilita la adopción rápida de decisiones estratégicas, sin que por ello se pierda eficiencia.
• Se pueden establecer smart contracts basados en blockchain en varios pasos del proceso —o en todos, si es necesario—, cuyo cumplimiento se puede monitorizar en tiempo real por todas las partes implicadas. El cumplimiento de estos contratos inteligentes puede vincularse al inicio de la siguiente fase en la cadena de suministro, aportando una gran solidez logística.
• Mejora la eficiencia en procesos de importación y exportación.
• Todos los datos intercambiados son confiables y seguros, además de estar encriptados y fuera del acceso de terceras partes. El nivel elevado de confianza también hace ganar competitividad.
• Se reducen de manera notable los costes.

Los obstáculos a superar en el futuro

Aunque la tecnología blockchain ofrece todas las ventajas citadas anteriormente para el sector logístico aún es necesario que se den varios fenómenos para que sea posible su adopción definitiva y generalizada. Por un lado, el proceso de aprendizaje necesario para comprender el funcionamiento de esta tecnología y sus aplicaciones específicas de manera generalizada. Por otro, el desarrollo de los dispositivos y aplicaciones que permitan su máximo aprovechamiento.

Además, es imprescindible diseñar e implementar protocolos que favorezcan la estandarización del blockchain como tecnología base sobre la que mejorar las cadenas de suministro; tanto a nivel nacional como internacional. Y, por último aunque no menos importante, contar con los mecanismos legales y administrativos que permitan la adopción de criterios administrativos unificados en los distintos escenarios posibles.